Siendo Kimchimochi un colectivo que trata de extender el amor por la cultura coreana y su música, veíamos correcto hacer un post sobre el incremento de racismo y ataques hacia las comunidades asiáticas este último año. Sobre todo al ver la magnitud a la que han llegado en EEUU, donde el 16 de marzo, fueron asesinadas seis personas asiáticas a manos de un jóven blanco. Pero ese no fue el único ataque, si no que a partir de la pandemia (y como personas vinculaban el virus con la gente asiática), no han dejado de haber más agresiones (de las que ya SIEMPRE han sufrido) y otras muertes, como las de dos jóvenes alcanzadas por un coche que se dio a la fuga.
Gente dirá: “¿qué importa? Es algo de EEUU, no nos incumbe.” Ya que para ellxs, los derechos humanos no importan y son algo “político”.
Pero es que no es algo SOLO de EEUU. El racismo se encuentra en todas partes del mundo, incluso nostrxs mismos lo tenemos interiorizado a causa de la sociedad en la que hemos crecido y como se han representado distintas razas y personas en la televisión e internet. Y no, España no se salva y lo peor es la excusa: Más racismo o “es una broma, sois demasiado sensibles.”
Y con la pandemia ha aparecido el “no voy a tiendas o restaurantes asiáticos... por si a caso.” Hmmm... Como k-popers lo vemos continuamente. La gente se ríe al saber que escuchamos música asiática y lo trata como algo de lo que avergonzarse, estiran sus ojos, dicen “son todos iguales”, “parecen chicas” o incluso utilizan una sexualidad como insulto hacia sus rasgos o porque la masculinidad tóxica les grita que maquillarse o pintarse las uñas no es algo que hace un “hombre”. No solo racistas, si no que también, homófobos. Y ya no hablar de la sobre-sexualización y objetización que sufre la mujer asiática... Pero el problema no solo se queda en aquellos que k-popers llaman “locals”, si no que dentro de esta comunidad hay algo que debe de parar, que no está bien.
Fetichizar. El “quiero unx novix asiático”... solo por querer tener unx novix ASIÁTICX. Deshumaniza y objetiza. Además de que gente joven, queriendo buscar esx “novix”, descargan ciertas apps que lxs ponen en peligro.
Y para no extendernos, sobre una experiencia que como gente blanca no podemos llegar a entender por completo, pedimos que cualquier persona asiática que nos siga, deje en los comentarios sus experiencias y nos eduque. También si conocen alguna forma de ayudar o si tienen algún negocio propio o familiar que promocionar, que lo haga aquí abajo.
Ahora os dejamos el artículo traducido que Eric Nam escribió para TIME, donde habla sobre lo que está ocurriendo y el racismo que siempre han sufrido. También adjuntamos un vídeo de la youtuber “ur mom ashley”, donde habla de sus experiencias y recauda fondos para la comunidad AAPI. (Por desgracia no tiene subtítulos).
ERIC NAM PARA TIME
El 16 de marzo, un terrorista doméstico mató trágicamente a ocho personas (seis de ellas eran mujeres asiáticas). Mientras los fiscales y agentes de la ley aún se debaten si calificar los asesinatos como “crímenes de odio”, millones de asiáticxs-americanxs e isleñxs del pacífico (AAPI), incluido yo mismo, nos sentimos abandonadxs y abrumadxs con recuerdos de nuestro pasado, las realidades de nuestro presente y el miedo del futuro de nuestro colectivo en un país que amamos.
Las noticias me tocaron de lleno, ya que nací y crecí en Atlanta. Y algunos de los asesinatos fueron cometidos cerca de lugares que solía frecuentar. Fui invadido por el shock, el dolor, la frustración y luego, el enfado.
Mientras los ataques a AAPI aumentaban estos últimos 12 meses, nuestras llamadas de auxilio y las señales de advertencia por parte de nuestra comunidad se han sentido ignoradas. Como si las historias fueran sobre gente que vivía al otro lado del mundo, no sobre vuestrxs vecinxs en América.
Para muchxs, la experiencia de AAPI es una llena de tensión y ansiedad, trauma y crisis de identidad. Una complicada historia con una cultura americana construida a base de la supremacía blanca y el racismo sistemático. Se vuelve todavía más complicada debido a la diversidad de su comunidad, la cual no es homogénea. Como “extranjerxs perpetuxs” y sometidos al mito de la minoría modelo, la gente asiática es invitada, pero no integrada por completo. O totalmente ignoradxs bajo la idea de ser “buenxs”, en la cultura y política. Como AAPIs, hemos sido excluídxs, internadxs, denigradxs, negadxs de nuestro poder, fetichizadxs y asesinadxs.
Por algún tiempo, pensé que esta posición incómoda en la que nos encontrábamos era culpa nuestra. Queríamos ser vistos como americanxs. Queríamos ser aceptadxs y celebradxs, como el resto de ciudadanxs. Queríamos encajar. Y aún así, nuestro pelo era diferente, nuestras familias no hablaban inglés y porque no éramos parte de la mayoría, muchxs sentíamos que debíamos estar agradecidxs. No era su culpa. Deberíamos tener nombres más fáciles. No deberíamos hablar en nuestra lengua materna. No deberíamos llevar nuestra comida natal a la escuela, porque tu profesorx pediría que le dejases probar, fingiría asco y lo tiraría a la basura delante de tus compañerxs que reirían, como me pasó a mí una vez. “Yan yan in the can can” (“Yan yan a la papelera, papelera”), me dijo.
Una sumisión y una eventual complicidad con el racismo, normalizaron una dinámica que no debía existir. Crecer creyendo que necesitábamos estar bien con el racismo para poder tener un asiento en la mesa, NO está bien. Interiorizar el racismo a una edad temprana, en retrospectiva, deformaba mi sensación de normalidad. Como víctima de un accidente automovilístico cuando era un jóven adolescente, donde xl condutxr se dio a la fuga, realmente llegué a cuestionar si mi madre había sido la culpable cuando xl condutxr salió de su coche, golpeó la ventanilla con sus puños y gritó a mi madre, “P*ta china gilip*llas” (usó un 'slur' hacia las personas de descendencia china.). Por cierto, soy coreano.
¿Te imaginas querer disculparte hacia tu abusadxr? Así de confuso y complejo es crecer siendo AAPI.
El sugerir que los asesinatos de Daoyou Feng (44), Delaina Ashley Yaun Gonzalez (33), Suncha Kim (69), Hyun Jung Grant (51), Soon C. Park (74), Xiaojie Tan (49), Paul Andre Michels (54) y Yong A. Yue (63) , no fueron motivados por su raza, es completamente ingenuo y racista. Deshumanizar las vidas de ocho individuos porque alguien, según el portavoz del departamento del sheriff, “estaba teniendo un mal día” o culpar a su “adicción al sexo” de sus acciones, es la cima del privilegio blanco y revela en profundidad la sobresexualización y objetivación de todo el género de una raza. ¿Por qué las mujeres de nuestra comunidad son víctimas de vuestra adicción sexual? ¿Cómo os atrevéis?
Todo sobre esto es trágico y erróneo. Pero es como ha sido siempre y seguirá siendo.
Muchxs aún peguntan: “¿Por qué no habéis dicho nada?” Seamos claros: siempre hemos suplicado por vuestra ayuda, incluso más que nunca este año. No escuchasteis. Por favor, escuchadnos ahora, porque mantenerse en silencio es convertirse en cómplice.
¿Y qué podemos hacer? Todo cambio masivo empieza de forma pequeña y en este caso, significa empoderar y apoyar a las comunidades AAPI y sus negocios. Significa reevaluar los parámetros y castigos hacia los “crímenes de odio”. Significa que todo el mundo debe comprometerse al gran experimento de los EEUU, los cuáles deben evolucionar junto a su rápida y cambiante ciudadanía.
Esto no es, de ninguna manera, una lista exhaustiva y seguirá cambiando, pero es un lugar por el que empezar.
Un ataque en contra de unx de nosotrxs, es un ataque contra todxs nosotrxs, pero las buenas noticias es que el cambio también puede empezar por unx de nosotrxs. ¿Será contigo? Sea si vives en Atlanta o en cualquier otra ciudad de este país, empodérate a ti mismx al tratar de entender nuestra experiencia, comprando de nuestras comunidades locales y reforzando nuestro compromiso a restaurar la justicia, que no es solo una corrección en la desigualdad, pero una oportunidad para aumentar las oportunidades de más personas.
Estamos dolidxs, exhaustxs, llenos de dolor y enfado (y con razón). Pero debemos continuar y perseverar. Debemos seguir activos para crear el cambio que tanto necesitamos y queremos, tanto para nosotrxs como para nuestras futuras generaciones.
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